Estaba pensando en nosotros, en aquel vagón destartalado
dónde nos conocimos camino al resto de nuestra vida, en como el broche de tu
pelo combinaba con el de tus ojos y, maldita adolescencia, en ese hombro rebelde
que se escapaba del yugo de tu camiseta para acariciarme la mirada. Y me
acuerdo de las tartaletas de manzana que le ofreciste a mi hermano cuando
lloraba de hambre. De cómo te escondías detrás del vaho del cristal para no
enfrentar tu rostro, y de todas aquellas palabras que te dije por debajo de la
puerta cuando el reloj dio las doce. Estaba recordando todo esto justo ahora,
cuando te tenía a tan sólo dos metros de mí, pero más lejos de lo que te había
sentido nunca. Y en vez de decirte que te quería, sólo reí amargo e irónico,
porque el mismo tren que te había traído a mi vida ahora te arrancaba de mis
brazos.
1 comentario:
Me encanta
Publicar un comentario