viernes, 7 de junio de 2013

Sabías a Primavera

Estaba pensando en nosotros, en aquel vagón destartalado dónde nos conocimos camino al resto de nuestra vida, en como el broche de tu pelo combinaba con el de tus ojos y, maldita adolescencia, en ese hombro rebelde que se escapaba del yugo de tu camiseta para acariciarme la mirada. Y me acuerdo de las tartaletas de manzana que le ofreciste a mi hermano cuando lloraba de hambre. De cómo te escondías detrás del vaho del cristal para no enfrentar tu rostro, y de todas aquellas palabras que te dije por debajo de la puerta cuando el reloj dio las doce. Estaba recordando todo esto justo ahora, cuando te tenía a tan sólo dos metros de mí, pero más lejos de lo que te había sentido nunca. Y en vez de decirte que te quería, sólo reí amargo e irónico, porque el mismo tren que te había traído a mi vida ahora te arrancaba de mis brazos.