- ¡¿Te quieres callar de una vez?! Algunos intentamos dormir. - Y allí estaba Claudia, junto a la puerta del salón, dándole la espalda. Parecía como si no supiera que ella estaba ahí.- ¿Me has oído? ¿Claudia?
- ¡Estoy harta de tus comentarios! ¡De tus juegos! ¡De la maldita manía que tienes de meterte en mi vida! - Erise se quedó paralizada. No era propio de Claudia enfadarse así. Ni siquiera con
- ¿Y tú sí? Dime, ¿Qué debería hacer? ¿Esperar junto al balcón por 'mi príncipito' enamorado? - Dijo Isabelle con voz cantarina. Claudia tragó saliva. Le temblaban las manos. El olor a vodka delataba la causa del conflicto. - ¿Acaso crees que él haría lo mismo por ti? Como ya he dicho, eres pa-té-ti-ca.
Erise se puso al lado de Claudia y miró a Isabelle con severidad. Apestaba a minibar barato.
- ¿Y tú qué sabes lo que haría Hugo? Ni siquiera te interesabas por él cuando vivía aquí. No eres más que una niñata amargada cuyo pasatiempo favorito es destrozar a los demás. Me das asco. - La dureza de su voz le quemaba la piel. - Si tienes tiempo para emborracharte, tienes tiempo para buscarte una vida propia. - Cogió de la mano a Claudia y tiró de ella.
- Claro que lo sé, ¿Con quién crees que he pasado la noche? - Hizo una mueca de disgusto. Tenía la belleza de una serpiente de cascabel, y para su desgracia, también destilaba veneno. - Con ojitos verdes. No sabes cómo se estremecía cuando-.
Y antes de que Erise pudiera moverse Claudia ya le había cruzado la cara. Isabelle esbozó una sonrisa de satisfacción.
- Tienes suerte de estar embarazada. Zorra.
2 comentarios:
Tus entradas me roban las palabras, básicamente no sé que decir o comentar...
Lo último si que me ha dejado tocado.. Y bueno, suponiendo que el padre fuese Hugo... uff... muerto me ha dejado esta entrada..
PD: Me encanta el título
"Tenía la belleza de una serpiente de cascabel, y para su desgracia, también destilaba veneno". Sólo puedo decir: WOW.
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