miércoles, 30 de abril de 2014

Shatter me

Creo que simplemente me perdí. Que en algún punto del camino se me olvidó dónde estaba eso a lo que algunos llaman casa, y empecé a vagar entre tus costillas, beso a beso, no fueras a desaparecer tu también entre mis brazos. ¿Sabes? No sé cómo sucedió, si fue el latín en tus labios o el 'latín' de tus piernas, pero empecé a darme cuenta de lo que era vivir, desaforado y desmedido, en tu nombre. Y descubrí, que Vida era un eufemismo de Batalla, y que cada noche me harías rogar por una tregua de hojalata. Y después de dos beligerancias incomprendidas, un orgullo roto, de un alto al fuego, un bajo al agua, un fusilamiento amable y cinco revoluciones solitarias, me hice tuyo. Pero entonces se me agrietaron las manos, y se me cuarteó la cara, y mi voz se hizo eco de su propia voz, y aquello que conocía como Vida se acabó, de golpe y dos vueltas, mientras yo veía como te olvidabas de aquello que algunos llaman casa.

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