- Vuelve aquí. - Le cogió de la camisa y tiró hacia ella. - Qué vuelvas te he dicho.
- No puedo, llego tarde a trabajar.
- ¿Ni cinco minutos?
- Lo siento.
Ella se acercó a la ventana. Sabía que aún le quedaba media hora de besos, media hora esquivando sus medias y el pomo de la puerta, media hora que malgastar en la ducha con Killian antes de que desapareciera hasta no sabía cuándo. Pero él parecía decidido a no mirarle a los ojos.
- ¿Sabes cuándo fue la última vez que me sentí viva?
- Julieta...
- Cuando aún me querías.
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