miércoles, 23 de octubre de 2013

El carmín de tus labios y otras maldades

Que no te siento Julieta, que ya no noto la presión de tus caderas sobre mis vaqueros al acostarme, que ya no me sigue el flash de tu sonrisa a dónde quiera que voy. Y es que llevo días sin dormir, pensándote, recorriendo con mi orgullo cada milímetro de tu paladar invisible. ¿Y si existieras? Dime, ¿Y por qué no ibas a hacerlo? Si eres tan real como la estancia vacua de mi pecho. Y cualquiera diría que estoy loco -de amor-, pero es que no quiero estar de ninguna otra forma si no es contigo.

Te busco por las esquinas, pero tú no me encuentras.

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