domingo, 25 de septiembre de 2011

Ya no había candado que jurase aquello

Tenía los labios cortados y el frío invierno acariciándole el pelo. La lluvia golpeaba con determinación un asfalto tan desgastado y gris como el cielo mientras sus pies arrastraban con dignidad el peso de los años. "¿Qué haré sin ti?"
- Emma..

Se giró al compás de su corazón, decelerado por el miedo. Pero allí no había nadie, ni siquiera el eco de sus besos.

La estación lloraba a lo lejos.

3 comentarios:

Madrilenials dijo...

La estación lloraba a lo lejos.
Me encantan ese tipo de personificaciones. Lo admito.

P,
y los Bichos.

Limón. dijo...

Al menos conservaba su dignidad, ¿no?

Laura dijo...

Qué bonito :)