viernes, 23 de septiembre de 2011

Doble filo



"El amor nos cambia, siempre he pensado eso. Aunque en realidad no es el amor, somos nosotros los que damos todo por ese sentimiento sin pensarlo dos veces. Hay quien lo llamaría sacrificio, otros egoísmo. Yo personalmente prefiero denominarlo necesidad." Daya pasó la página y se frotó las lágrimas de los ojos. Por accidente había escogido esa libreta del montón, por curiosidad nada más, para revivir aquellos cuentos que escribía cuando era pequeña. Pero esta vez se encontró con el cuento de su vida, y por desgracia llevaba moraleja.

Las imágenes no dejaban de sucederse en un caos que le abrasaba los ojos y envenenaba su piel. Besos, caricias, buenos momentos, sin embargo no podía dejar de leer aquello. "Si él hubiese sido más cariñoso..."
Cerró el diario de golpe y se prohibió llorar.


"No, si yo no hubiese sido tan estúpida." 

2 comentarios:

Limón. dijo...

No siempre consigues reprimir las lagrimas cuando te prohibes llorar...

Por cierto, ¿Como voy a dar la espada a Claire? Soy una gata callejera, observo, y os lo cuento.

Madrilenials dijo...

No hay nada peor que recordar para lamentarse.

P.