sábado, 17 de septiembre de 2011

Aguas profundas

Empecé a ver el mundo con otros ojos. Mientras él pasaba, yo fui creciendo, cambiando. En continuo movimiento. Me esforcé tanto por merecerle que me convertí en un pequeño pedazo de sueño. De ilusión inacabable. Ansiosa por decirle la verdad, contarle que le había estado observando todos estos años, que yo sabía quien era desde incluso antes de cruzar aquella esquina de la Calle 42, y que... día a día intentaba contagiarme de su luz.

¿Qué crees diría, eh? ¿Me miraría igual... o le podría el miedo?

Valor, Severy, valor y un trocito de cielo...

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