- Huiste cuando más te necesitaba, tú, precisamente tú. - Intenté contenerme. - Él te quería. ¿Cómo has podido hacerle esto?
Pero no contestó, se limitó a darse la vuelta para que le viera marchar.
- D. pensaba que en el fondo, aunque te empeñaras en demostrar que no tenías corazón... si tenías alma.
- Mientes.
- ¿Cómo puedes decir eso?
- D. no creía en el alma.
- Le bastó con creer en ti...
Me robaste el amor en un suspiro.
Ahora no lo dejes caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario