lunes, 22 de agosto de 2011

I don't believe you

La seguí entre el dolor y la lujuria, navegando por un mar de dudas inquietas hasta que paró, hasta que se rompió su voz en un susurro y el miedo se hizo miel. Entonces la miré y me miró, y sus labios abandonaron los míos. Oí a las escamas caer entre los pliegues de su ropa y a mi esperanza con ellas, mientras mi corazón se encogía en su pecho a la espera de recibir un golpe, o tal vez dos.
[...]
Quise abrazarla, sostenerla en mis brazos y no soltarla nunca pero la desesperación me hizo de cristal. Y entonces, estalló de golpe. Se astilló de rabia, de amargura, me quise morir. Sus palabras se ahogaron con las mías mientras el abismo que se abría en sus ojos helaba hasta la última gota de mi sangre. El aire escapó de mis pulmones y luego.. ya no había estrella que nos enfrascara otra vez.


Me dolió como le duele a los amantes, como la tristeza que mojaba su piel.
Porque no lloraba por lo injusto que era el mundo, ni siquiera por Alan o por lejos que estaba de él. Esta vez estaba rota... por mi culpa.

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