Pienso que cada uno debería enfrentarse a esos fantasmas inocentes. A los miedos y al recuerdo. Que deberían poder dormir por las noches y simplemente despertar, sí, despertar sin ganas de morir. También creo que la vida se paró en un segundo, en el que me miré al espejo y dije yo. En el que los átomos de Kai se mezclaron con los míos y todo se me escurrió de las manos.
Tal vez ya lo supiera, y como el loco crónico o el enfermo de atar, me mintiera de nuevo.
Te lo digo de verdad Danna, nunca me dolió tanto un beso.
No espero perdonarme.
Espero subsistir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario