viernes, 8 de agosto de 2014

Óxido de estrellas

Se suponía que aparecerías a escupirme tus letras, aunque sólo fuese a medias, y a tiznarme de miedo el adiós. Aunque claro, para eso tendrías que saber qué se siente al llover en otoño, o al menos respirar tu perfume de 'No me dejes, amor', y así hacerte una idea de qué gritarle al espejo antes de venir a buscarme. Quizá no tengas experiencia en esto de la nostalgia, y por eso no me veas como yo te veo morir, déspota y calmo, antes de que el ruiseñor roce el suelo. Puede que sólo entonces reconociese como mío tu abandono, y abdicara de esperanza en el tumulto de caras que no son tuyas.

He leído por ahí una frase que me recuerda a ti, pero no sé cómo recomponerla entre tanto ruido seco. Decía algo así como  'un sonido paciente e impasible, como el de las flores cortadas', e inmediatamente pensé en ti. Tiene gracia, ¿Verdad? Nunca se te dio bien esperar. Ni caer del cielo.

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