domingo, 22 de junio de 2014

This is the storm before the storm

Eres aquella trama desmedida que golpea mi imaginación con sus giros y retrocesos, y eres algo más que la razón por la que se me rompen las costillas por las noches cuando no estás ahí para respirarte, y aunque no lo sepas, eres un cúmulo de todos los males que se me han ido desprendiendo de la piel con tus abrazos. Eres todo, y me pierdo a mi mismo sin intentarlo, porque... me abates. Joder, me destrozas. Y me haces miserablemente feliz. Y es que encajas sonrisas entre mis golpes, mientras que yo me dejo las uñas en mostrarte el horizonte de mis besos, y no es que me de miedo tu verticalidad, ni la vorágine de esperanza que desempeñas en esto del amor, no te equivoques. Que yo por ti escalaría tus tribulaciones y recuerdos, y hasta pondría una bandera con tu nombre a la cima de mi éxtasis, para que sepas que tu eres su dueño. Pero me siento más cómodo cuando te recuestas a mi lado, y puedo disimular mis ganas de atraparte, de encarcelarte entre mis labios y hacer una de esas locuras como fingir que estoy cuerdo cuando estás conmigo. Pretender que soy el héroe y tú me miras mientras le digo frases triunfales a mi almohada, o que soy el filósofo de tu espalda, y el décimo lunar es uno de los axiomas de mi alma. Incluso he llegado a grabarme tu olor en mis sábanas, cuando sabes de sobra que nunca las has rozado. Por eso no exagero cuando digo que estoy arrepentido, porque eres lo único que he perdido antes de tenerlo, y aún así, me hace sentir afortunado.

No hay comentarios: