Por un instante, Stella pareció ver un papel entre sus cosas. No uno de colorines de esos que usaba ella para escribirle cartas a Teddy, no, de los blancos. Y la gente normal - cosa que ella no era - no se asombraría en absoluto al ver un papelito buceando entre las fotos y los libros viejos, pero para ella era lo más extraño habido y por haber. ¿Qué haría allí? ¿Quién lo habría puesto?
Blanco.
Se dio la vuelta meneando la cabeza, no tenía tiempo para pararse a investigar. Llegaba tarde.
Gran error.
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