lunes, 19 de septiembre de 2011

Secretos

Ella se acercó con cuidado a la ventana para que no la vieran desde dentro. Se escuchaba el murmullo de una discursión, no muy fuerte, quizás él se había dejado la puerta del baño abierta o la cama sin hacer, pensó. Con sigilo se acercó más al cristal para así poder escuchar mejor.
- Se está muriendo... - Logró distinguir. Los labios de ella ahogaron un grito, se había pegado con tanta fuerza a la pared que llegó a pensar que acabaría traspasándola. - No. De ningún modo.

"¿De qué hablan?", se dijo a sí misma. "¿Era eso lo que no podías contarme...?" Llegó el silencio, y los latidos de ella se desbocaban. Miró a trasluz impaciente por saber qué estaba pasando y les vio fundirse en un beso, no uno de pasión o alegría, uno de amor sincero y aunque no fuese la primera vez que aquello pasaba delante de sus narices, sintió como si la apuñalaran en el pecho.
- No...

Esa noche lloró, no por la noticia improvisada, ni por el impacto de aquel beso, lloró por él. Porque una vez más... estaba roto y ella no sabía por qué.

No hay comentarios: