lunes, 22 de agosto de 2011

Hadas, hadas y más hadas

Su mirada era fría, como el cemento.
- Te envié un mensaje.
- Lo sé.
- ¿Eso es lo único que vas a decir? Esperaba algo más imaginativo, incluso un "no tengo saldo" podría haber valido.
- ¿Qué querías que dijera? No soy de demostrar mi amor eterno vía telefónica.
- Ni en persona. ¿No? Podrías... no sé, haber venido. Pero claro, ahora me soltarás algo como "no soy de esos", "no podemos estar las 24 horas pegados" o el típico "me torcí un tobillo".
- También pudiste venir tú. ¿O es que acaso no me quieres lo suficiente? - Ironizó.
- Eso duele.
- Joder, que sólo es un puto sms.
- Lo que me jode no es el sms.. Lo que realmente me duele es que yo nunca me canse de ti mientras tú pones trabas para que estemos juntos.
- Me gusta estar con todos, simplemente.
- Y yo, pero eso no impide que quiera pasar un rato a solas contigo.
- Vale, vale, lo pillo. Estás cabreada.
- No, no coges nada. Lo que estoy es... triste.

Alguien me dijo que cuando estás enamorada siempre quieres estar con él.
Lo que no me dijo es que quizás él no quisiera estar conmigo.

No hay comentarios: