martes, 28 de junio de 2011

Sabor a miel.

Fue extraño, ella me cogió de la mano y todo desapareció. El dolor, el cansancio, las ganas de huir y las de morir en tus manos. Y es que Claudia tiene un don y es el de escuchar. Porque... ¿Cuántas veces me has preguntado tú? Con todo ese royo de la confianza se ha roto lo que teníamos. Tú te has crecido en un palacio lleno de mierda, y yo me he perdido en otros labios. Y podrás decir que me quieres, pero nunca lo demuestras. Hugo sabía de esto, se lo olía y es normal. Así que desapareció entre el humo de las hienas y se ahogó en vodka con limón. Isabelle le hizo daño y ahora te tocaba a ti, pero yo no soy como todos piensan. Soy fuerte, más que esto. Como cuando te estorban mis besos o te llama el alba. Sin embargo, todo es poco cuando tú llevas tres copas de más y tienes ganas de marcha.
Me cansé de ser un pañuelo. Ya he tenido bastante.

Y llegará el momento en el que te des cuenta de todo y quizás me eches de menos.
Pero yo ya estaré muy lejos.

No hay comentarios: