miércoles, 15 de junio de 2011

Ciego.

¿Quién dijo que esto fuera a ser fácil?
El amor es como un volcán, un terremoto... Estalla de golpe, te descoloca y es demasiado grande. Mantener un sentimiento así cuesta más de lo que uno cree. Y es que es hay que luchar por lo que uno quiere. Sólo los amantes cobardes se rinden a la primera dificultad, al primer desacuerdo, al primer problema o discursión. Hugo me dijo una vez, que todo puede mejorar. ¿Por qué entonces se rindió tan rápido? ¿Por qué abandonó?
Antes no era así. Hubiera peleado hasta el final. Claudia, apenas la reconozco y me da miedo no hacerlo. ¿Cuando sus manos se volvieron tan frías? La miro a los ojos... y ya no siento nada. Pero es mi culpa. Le hice daño. Y eso es algo que nunca me perdonaré.
¿Tú crees que si no me hubiera conocido sería más feliz? A veces pienso que sí. Que ella merece a alguien mejor. Podría tener su jardín con piscina, sus noches de pelis de miedo y alguien que nunca la hiciera llorar. Así ella no tendría que rendirse nunca más.

Claudia, me marcho a París. No sé si volveré o si debería hacerlo. He cogido el primer vuelo, Isabelle no lo sabe y Hugo menos. Sé que si me quedo, ella nunca será feliz. Pero antes de irme, quiero que sepas algo. El día que llegué aquí me preguntaste cuál era mi sueño ¿Te acuerdas? Hoy sé la respuesta.




Ella es mi sueño.

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