Carla cantaba siempre la misma canción. Era triste y sin final. Le recordaba a ella. Como el segundero de su reloj, no se paraba nunca. Tenía miedo a ser normal.
Esa noche de diciembre hacía frío., pero le daba igual. Ya no necesitaba tu calor. Le sobraba con no perderse y su sombrero de tres picos. Sí, le bastaba con eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario