domingo, 18 de mayo de 2014

Queens can't be happy.

Hay días en los que te levantas de la cama, un poco más vieja y un poco más fría, a su lado y sientes cómo te pesa el pecho. Y es entonces cuando ves la siguiente nube, y te golpea, y te vierte su resignación para que no se te olvide revisar los barrotes de la jaula, no vaya a ser que te conviertas en otra de esos pájaros que desean volar y te muerdas las alas. Porque eso estaría mal, ¿Verdad? Ser libre. Poder decir lo que piensas cuando lo piensas, y huir muy lejos, cuando los gritos hagan eco en tus plumas. Sí, eso sería como querer ser normal. Y tú y yo sabemos que no podemos beber de ahí, que los reyes y las reinas de cuento sólo están para adornar nuestras estanterías de esperanza infame. Pero tuvimos suerte de averiguarlo a tiempo, ¿No? Así podíamos fingir ser amantes, ser astutos, y ser felices.

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