Quizá ella lo hizo mal. Quizá no debió darse la vuelta cuando él la llamó por primera vez. Ni tuvo que sonreírle por debajo de la mesa cuando los dos se rozaron la mano. Tal vez nunca hubo un 'tú y yo' al que aferrarse, y ahora que él partía a una guerra inútil, los recuerdos le palpitaban en el pecho desbocados.
- Blanca.. - Dijo él desde la ventana del tren, mientras le sonreía con una mezcla de ternura y tristeza. - No llores. No por mí. No por esto.
Y ella se hizo agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario