domingo, 20 de noviembre de 2011

Trust, no trust, trust, no trust...

¿Sabes Daya? Hace tiempo que no me sentía así. Por un segundo, mientras tú renegabas por las veces que callaste yo contaba cada una de las palabras que decías. Y no fueron sino muchas, sin duda. Felices para mi, aunque me inventara los gestos y expresiones, aún sin haber cambiado nada... Para mi todo era diferente.

Y supongo que la felicidad es pasajera, como los besos. Como el amor. Como el tiempo.
Pero, ¿Qué más da? Yo en ese momento sonreí, y eso es lo que cuenta.


Porque la vida envenena y tu risa me hace grande.

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