Siempre pensé que los problemas tenían una relación íntima con mi vida, eso fue mucho antes de que Claudia viniese a vivir aquí, por supuesto, pero yo me empeñé en hacerle creer lo contrario. ¿Que por qué? Es simple. Siempre creí que era mucho más fácil echarle la culpa a ella, en vez de torturarme a mi misma. Que la ira y el engaño era un precio mucho más asequible que la desdicha, que llorar todas las noches echa trizas. Y por eso decidí enfadarme con el mundo, y con Claudia, aunque en el fondo es inevitable que la quiera día a día.
"Ante los problemas... una sonrisa vale más." Eso diría Eric.
Lo voy a intentar.
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