sábado, 6 de agosto de 2011

Cristales convexos.

Echo de menos aquellos días en los que te bastaba conmigo, aunque llevase una camiseta maloliente o tuviera un humor de perros. Aquellos días en los que yo era la fantasía, el sueño, en los que no necesitaba extras ni esfuerzos, porque sabía que yo era lo único que querías. Y está claro... que ese ya no es el caso.

El temblor de tus manos cuando te rozaba,  la embriaguez de la noche, los latidos desbocados en cada beso...


¿Dónde quedó la pasión? ¿La lujuria? ¿El deseo?

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