miércoles, 13 de julio de 2011

Ethan tenía la voz de cristal y el corazón roto.

El hospital estaba en silencio, quitando el sonido de los escaners y las máquinas del hospital. El día había sido agotador, y la noche parecía muerta en contrapartida. Alan no podía dormir. Cristina le llamó a las dos de la madrugada para decirle que Ethan había tenido un accidente y él vino al instante. Desde entonces Alan le había agarrado la mano y no la había soltado, esperaría allí hasta que Ethan despertara. Tenía que saber que estaba bien. Lo necesitaba.

- Me muero. - Susurró Ethan. El corazón de Alan dio un vuelco.
- No seas idiota. No es momento para bromas.
- Pero es verdad.
- No, no lo es.
- Dijiste que morirías conmigo.
- Dije que moriría por ti.
- ¿Acaso no es lo mismo?
Alan le apretó la mano.
- No, yo nunca te dejaría morir.

No hay comentarios: