martes, 22 de febrero de 2011

Luces de neón.


Se giró con dificultad. Sus ojos se habían vuelto fríos, y sus manos temblaban inquietas. Había pasado todo tan rápido que no fue consciente del daño que le podía causar aquello. Sólo cuando le vi allí tirado, roto, pude calibrar el número de errores que me había cobrado. Él había cambiado mi mundo, pero su invierno amenazaba con trastocarlo una vez más, y yo tenía miedo. Sí, esa era la palabra adecuada, tenía miedo a enamorarme una vez más.
- ¿Qué quieres decir?
- No es atado precisamente.. Pero, necesito tiempo.
- Ya.. Tiempo.
- No me gusta centrarme en una persona, ya sabes, soy alguien de mundo.
- Tu quieres rondar mujeres, mucho sexo y ninguna condición. Una relación te da miedo ¿No? Esa es la cuestión. Soy un hombre, y encima te pido una relación. Ahora te toca huir por patas con cualquier escusa, y rondar mi cama cada jueves al anochecer.
- Si lo dices así suena mal. ¿Es tan raro querer ser libre? Joder, que eres un tío.
- No pienses que soy una puta barata, tengo más dignidad que eso.
- A mi esto no se me da bien. Compréndelo, no puedo ser sólo tuyo. No soy de nadie.
- Nunca pretendí que fueras mío. - Su voz estaba cascada, rota. Sonaba desigual, como los vidrios al caer, como un trueno al despertar. - Sólo quería que me necesitaras.
*Nunca creí que dolería algo así D., tú voz se me clavaba en lo más profundo de mi ser, con esos cristales rotos que tanto pisoteaba. Había malgastado otra noche con mentiras, y poco valor. La herida de tu pecho era cada vez más profunda, y no te gustaba alardar. Tenías la mirada perdida y el corazón roto de tanto luchar. Mi corazón de hojalata no te dio tregua, cuando llegó la hora de la verdad, ya no podías controlarlo.
Me pregunto.. Si esa noche hubiera reunido coraje.. ¿Seguirías aquí conmigo?
D. mi gran error no fue dejarte escapar ese día, fue no saber recuperarte.
Sí, me arrepiento.

No hay comentarios: